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HISTORIA DEL PERRO ALANO

1.     El “Perro Alano”: historia.

Las primeras referencias historicas, hacia los perros de presa ibéricos, se fechan hace más de 7 siglos, antes incluso de que España fuera España.

Catedral de Burgos 1221
Catedral de Burgos 1221

La historia quiso que esta casta canina ibérica fuera nombrado como “perro Alano”, un término heredado de las hordas caucásicas, que se extendieron por toda europa, pero que se había desarrollado en nuestro territorio, por derecho y necesidad, conteniendo un papel genuino que no existía en la época. Así se inicia un “tipo de can” que hoy aglutina millones de adeptos en el mundo, en torno a un nutrido grupo de razas que germinaron de aquel tronco ibérico, en distintos paises, llegando algunas de ellas a convertirse en símbolos nacionales: bulldog inglés, dogo argentino, bóxer aleman, bulldog americano, cane corso italiano…, y por supuesto, nuestros queridos dogo mallorquín y dogo canario, sin entrar en otras razas que pudiendo compartir orígenes, como dogos de burdeos o bullmastif, se alimentaron más de otras fuentes de mayor molosidad, derivando hacia el sensacional grupo de nuestros poderosos mastines, cuyas  genéticas les dotan de mayor tamaño y densidad.

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Centrándonos en nuestro buen alano, el hecho de ser referido por una fuente tan solvente, como nuestro literato universal Gonzalo de Berceo, en 1247, en la era de google, ha podido llevar a engaño a algunos, fijando en esa fecha el punto exacto del nacimiento de la raza. Pero nada más lejos de la realidad, ya que si ampliamos el foco de ésta quimérica búsqueda, nos vamos a encontrar multitud de hallazgos muy anteriores en pintura y escultura, que nos podrían llevar incluso a épocas anteriores a la de la entrada de los pueblos alanos en la península ibérica.

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En el momento en que se comienzan los primeros estudios en profundidad sobre la raza, en el siglo XIII la clasificación canina era simple y escueta: no se basaba en pesos y medidas, sino que enumeraban funcionalidades útiles para el hombre, en sus distintas tareas de caza, guarda, pastoreo, …etc. Desde este punto de vista las morfologías eran simplemente las que mejor permitieran a sus ejemplares ejercerlas: molosos para la guerra y guarda de rebaños y hogares, perros de pastoreo,  de rastro para encontrar la caza,  lebreles para atrapar las presas pequeñas y rápidas, ratoneros, de agua, de tiro, de compañía…etc.

En el Libro de la Montería de Alfonso XI el Justiciero se concibe el Alano como la mejor forma de llevar la máxima presa a la máxima velocidad hasta el objetivo
En el Libro de la Montería de Alfonso XI el Justiciero se concibe el Alano como la mejor forma de llevar la máxima presa a la máxima velocidad hasta el objetivo

 

No es el propósito de nuestro sitio, el hacer un profundo estudio de investigación de todas y cada una de las pistas que se pueden encontrar de nuestro buen alano, a lo largo de la cultura e historia española e incluso europea, y  no lo haremos por dos motivos: el primero, que otros investigadores ya lo hicieron antes, como el genial don Agustín del Río Yenes, en su obra: “Alano español: Historia de una realidad consolidada.”, o el fundador de la Comisión de Razas españolas, don Jose Manuel Sanz-Timón, o su maestro don Rafael Sarazá, o en una sublime obra, el mismo Alfonso XI el Justiciero, en uno de los más brillantes trabajos técnicos sobre la canicultura.   La segunda razón es que, por suerte, es tan amplísima y rica la información sobre nuestra raza, que les privaríamos de un apasionante viaje por la historia, repleto de tesoros escondidos, y desviaríamos el foco de atención del que consideramos que es el eje capital que debemos defender: los valores diferenciales actuales de esta mítica raza con respecto a las demás, de modo meridianamente claro y vigente para todos los aficionados, según van a poder constatar en otros capítulos de éste sitio. Eso sí, les animamos a que no dejen de iniciar esa “colección” personal por ustedes mismos, y si lo desean, compartir con todos en este pabellón de cazadores, cada uno de estos trofeos que ya forman parte de nuestra cultura española, ocupando un puesto de excepción en la cinofilia internacional. Por nuestra parte, consideramos que la mayor de nuestras responsabilidades, como Club de raza, una vez puestos en valor los atributos de nuestros alanos españoles,  es asegurar que estos quedan a buen recaudo, ahora sí, de manera real, en los genes de nuestros alanos, y establecer en nuestro mapa biológico, la hoja de ruta para que nunca se pierda el norte.

Vaso de Liria (S III a.J.C. -Valencia-)
Vaso de Liria (S III a.J.C. -Valencia-)

¿Qué tipo de perro se definía en las referencias clásicas al alano?

La mayoría de las veces que es nombrado en literatura, es destacando su temperamento e  instinto natural para hacer presa en bestias y hombres. Admirado como perro de sujeta de reses bravas, y de caza mayor, y como perro de Guerra, principalmente en las crónicas de Las Indias.

"Echan perros al toro" Francisco de Goya (Tauromaquia 1.815)
«Echan perros al toro» Francisco de Goya (Tauromaquia 1.815)

Cuando se le describe morfológicamente, es cuando nos damos cuenta que no existe un solo tipo bien definido, sino que existe una heterogeneidad extraordinariamente amplia en kilos, medidas, proporciones corporales y encefálicas, desarrollada por la función. Lo habitual es que nos encontrarnos ante imprecisas descripciones de individuos donde sus formas subrayan su potencial para apresar, o bien, cuando el autor trata de recoger todo el dispar conjunto, como en el extraordinario caso del Rey castellano Alfonoso XI el Justiciero, en 1.347, en su magistral “Tratado de Montería”, ya se vea obligado a realizar agrupaciones, diferenciando dos o tres sub-tipos, desde el más ligero hacia el más cargado de formas, con diferentes etiquetas o nombres:

  • Lebrel de presa, o alano gentil, o corredor o de montería, con formas alargadas, tanto en estructura cráneo nasal, como corporal y de miembros.
  • Alano cargado, o de carnicero, o ganadero o bulldog español, con tendencia braquicéfala, y de mayor densidad y estructura ósea.
  • O un tercer bloque de tipo más claramente molosoide, de mayor tamaño, como un presa ibérico, exportado en la creación de los molosos vecinos europeos.
  • Lógicamente, entre estos sub-tipos, una variedad de proporciones, que llegan a mezclar esas características en distintas tallas, introduce un factor multiplicador que amplía más todavía el crisol de morfologías casi infinitamente.

Desde esa edad media, los siglos nos acercan a nuestro incansable perro de diente, desde las magníficas crónicas de las Indias, se narra cómo los alanos legendarios viajan en nuestras calaveras hasta las Américas, y galopan por el Caribe y la Costa Atlántica desde el sur de los Estados Unidos hasta el Perú, junto a nuestros caballos y Conquistadores en los siglos XV y XVI…

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En el siglo XVII el maestro Cervantes, concede el habla a un alano de carnicero, en su genial “El coloquio de los perros”.

En el XVIII Francisco de Goya inmortaliza el poderío de nuestros alanos para sujetar y humillar al mayor símbolo de tenacidad y fuerza española, nuestro toro bravo de lidia.

Las narraciones monteras forman un tesoro cinegético impagable, como una fuente constante documental, en el campo natural de hegemonía del alano, y entre jaras y breñales nos llega hasta el siglo XIX junto al gran Don Antonio Covarsi.

Alonso Martínez del Espinar, describe en 1.644 en su libro "Arte de Ballestería y Monería" la expresión típica del alano como "de mirar espantoso"
Alonso Martínez del Espinar, describe en 1.644 en su libro «Arte de Ballestería y Monería» la expresión típica del alano como «de mirar espantoso»

Con la entrada del siglo XX llegan las primeras aproximaciones modernas a la parametrización actual de los estándares de las razas, con los estudios de Sarazá en los años 50 y 60. En estas décadas, ya tenemos oportunidad de observar fotografías que ilustran gráficamente sus proporciones y la buena salud de nuestro alano, incluso en la época en la que “oficialmente” algunos le daban por extinguido.